Cita apócrifa de la Visión de los vencidos:
En cuanto recibieron la versión traducida del Manifiesto por la Lengua Común, todos los hablantes de lenguas arauanas, álgicas, arawakanas, aymaras, barbacoanas, caribes, chapacura-wanham, chibchas, chocó, chon, comecrudan, guahibanas, guaicurian, jívaras, jicaques, lencas, macro-ges, makúes, mascoianas, mataco-guaicurúes, mayas, misumalpanas, mixe-zoqueanas, múras, na-denés, nambiquaranas, otomangueanas, pano-tacananas, quechuas, tequistlatecas, totonacanas, salibanas, tucanoanoanas, tupíes, witoto, xincas, yumano-cochimíes, zamucoanas y záparouto-aztecas creyeron entender que, si aceptaban la supremacía del vocablo de los barbudos, las suyas serían lenguas cooficiales. “Extraña igualdad la de los blancos”, murmuró un indiecito. Pero estaban acostumbrados al universo bífido de los sabios, relatores y diputados occidentales, y sabían que, cada vez que se habían negado a algo, sus lenguas habían tenido menos hablantes, así que firmaron el manifiesto vertiendo sus nombres y los de sus tribus en el perfecto castellano de los misioneros para unirse a la alegre cortina de humo general entre los campos de soja.